En diciembre de 1987, Brasil se mandó una jugada impensada: su mítica camiseta «verdeamarela» apareció con publicidad estampada en el pecho. Sí, leíste bien. En un amistoso contra Chile, la selección brasileña salió a la cancha con el logo de Coca-Cola como protagonista. Fue la primera (y polémica) vez que el “scratch” incluyó un patrocinador en su camiseta.
Contexto gaseoso
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) había cerrado un acuerdo por 40 mil dólares con Coca-Cola para que su logo apareciera en dos partidos: uno frente a Chile y otro contra Alemania Occidental. Pero el debut fue tan ruidoso que solo jugó uno. El público brasileño no lo perdonó: hinchas y prensa reaccionaron con furia, acusando que se había manchado un símbolo nacional.
La camiseta de la discordia
El diseño no traía sorpresas: era la clásica camiseta amarilla con vivos verdes, shorts azules y medias blancas, fabricada por Topper. Pero al centro del pecho, como una gota en el mar, aparecía el logo de Coca-Cola. No hay muchas imágenes disponibles, pero la anécdota está más que documentada.
El partido
El encuentro se jugó el 9 de diciembre de 1987 en el Parque do Sabiá de Uberlandia y terminó con victoria de Brasil por 2-1 sobre Chile. Pero el marcador quedó en segundo plano. Lo que pasó a la historia fue la camiseta: una edición única, usada solo una vez, que rompió con una tradición que venía intacta desde 1954, cuando Aldyr García Schlee diseñó la icónica camiseta amarilla tras ganar un concurso nacional.
Un intento que no prosperó
El experimento duró lo que un suspiro. La presión popular fue tanta que el logo de Coca-Cola desapareció para el segundo partido frente a Alemania. Las selecciones nacionales, al menos por esos años, seguían siendo territorio sagrado. Y la camiseta de Brasil, más que ninguna, era casi una bandera.
Curiosidad extra
Mientras los clubes brasileños ya llevaban años usando auspicios (como Flamengo con Lubrax desde 1984), en las selecciones era otro cuento. En ese tiempo, no hay registros de que Chile o alguna otra selección sudamericana se animara a algo así. Fue un paso arriesgado que Brasil no volvió a repetir en mucho tiempo.
Fuente fotográfica: Eurosport, pantallazo del partido.