Admiral: La marca que revolucionó las camisetas

Puede que hoy no la veamos tanto en las grandes vitrinas como Adidas o Nike, pero Admiral es una de esas marcas que se adelantó a su tiempo y dejó una huella imborrable en la historia del fútbol (y de la moda deportiva). ¿Cómo pasó una fábrica de ropa interior en Leicester a vestir a la selección inglesa y marcar tendencia con camisetas icónicas? Te lo contamos.

Todo comenzó con calzoncillos… y la Royal Navy

La historia de Admiral arranca en 1914 con otro nombre: ABC Hosiery Ltd (sí, no suena nada deportivo). Fabricaban ropa interior y textiles, pero durante las guerras mundiales empezaron a confeccionar ropa interior de lana para las tropas británicas. En plena Segunda Guerra Mundial, incluso firmaron contrato con la Royal Navy, y ahí empezó el giro: también producían ropa deportiva para los ejercicios a bordo. El germen de lo que vendría después.

El Mundial del ‘66 y un giro futbolero

Todo cambió después de que Inglaterra ganara el Mundial de 1966. El arquero Gordon Banks, que fue clave en esa gesta, usaba un kit de portero… sí, de Admiral. Ese empujón les dio la confianza para meterse de lleno en el mundo del fútbol. Y no lo hicieron tímidamente: en 1973 firmaron con el Leeds United y rompieron el molde.

El Leeds con Admiral

La camiseta amarilla de Leeds diseñada por Admiral fue un golpe a las tradiciones: era atrevida, distinta y, por primera vez, ¡traía visible el logo de la marca! Así nació lo que hoy damos por hecho: las camisetas réplica que usamos con orgullo los hinchas. Admiral inventó eso de venderte la misma camiseta que usaban los cracks en la cancha. Un antes y un después.

De vestir a Inglaterra a dominar los 70s

En 1974, Admiral dio el gran golpe al convertirse en el proveedor oficial de la selección inglesa, gracias en parte a Don Revie, el DT que pasó de Leeds al equipo nacional. A partir de ahí, la marca se coló en los vestuarios de clubes legendarios como Manchester United, West Ham, Southampton, Tottenham, y hasta se fue de gira europea: Eintracht Frankfurt, Bologna, entre otros.

Inglaterra 1974

Sus camisetas eran todo menos aburridas. Colores llamativos, diseños osados… basta mirar la camiseta de Inglaterra para la Euro 1980 o el Mundial del 82. Tenían estilo, tenían identidad. Pero no todo era color de rosa.

Inglaterra 1982

El tropiezo del 82 y los años difíciles

El Mundial de España 82 fue un punto de inflexión… para mal. Las camisetas de poliéster no absorbían bien el sudor (imagínate correr 90 minutos con una bolsa plástica encima). A eso se sumó la competencia brutal de Adidas y Umbro, y una crisis económica en Inglaterra que no ayudó en nada. Resultado: Admiral se declaró en bancarrota en 1982.

La selección de Gales

Resurrecciones y segunda vida

Pero como buena marca de culto, Admiral no se rindió. Resurgió al año siguiente con un perfil más bajo, vistiendo a equipos como Leicester y Notts County, y más tarde a clubes como Dynamo Kyiv en los 90s. En los 2000 incluso volvió al ruedo del críquet, vistiendo a la selección inglesa hasta 2008.

En 2011, la marca fue relanzada otra vez bajo el nombre Admiral Sportswear Ltd., esta vez con un enfoque más nostálgico. En 2020 lanzaron una línea retro llamada «Admiral Sporting Goods Co.», inspirada en sus diseños pre-1966. Una joyita para los fanáticos del diseño vintage.

¿Dónde está Admiral hoy?

Hoy Admiral sigue presente, con perfil bajo pero lleno de estilo. Viste a clubes como el Walthamstow F.C. y los sudafricanos Kaizer Chiefs, y ha participado en proyectos culturales con leyendas como Bob Marley y la banda The Jam. Sí, sigue siendo una marca con alma.

¿Por qué recordar a Admiral?

Porque cambió las reglas del juego cuando nadie se atrevía. Porque le dio estilo al fútbol, lo sacó del blanco y negro, y lo pintó de amarillo, rojo y azul. Porque fue pionera en lo que hoy es industria: camisetas, identidad, marketing… y pasión.

En un mundo donde las marcas se pelean por los reflectores, Admiral ya dejó su legado. Y para quienes aman las camisetas con historia, ese legado sigue siendo oro puro.

Fuentes fotográficas: Internet y Revista Fourfourtwo